
Durante 5 minutos ni el ni yo pronunciamos palabra, ni hicimos ningún movimiento; yo, al menos estaba usando toda la fuerza de mis sentidos para captar su aroma, para analizarlo, para recordarlo.
Así cuando él ya no esté, el perfume de un tercero me vuelva a traer su hermoso rostro a la mente...
y él, desde el fondo de su pecho,
malgastaba los colores.