El hombre nos cuenta sobre los paradigmas de la historia y nadie lo esta escuchando; se muerden las uñas, se suenan los dedos, bostezan, leen lo que dice el pizarron una y otra
y otra vez.
Yo espero el mensaje tan anhelado (que por cierto no llego ni llegará) o que al menos el profesor me llame la atención y me diga que deje el cuadernito y deje de volar por los rincones inciertos de una alusinacion permanente y le preste atencion de una ves por todas.
Eso hago, lo escucho hablar sobre el trabajo que nunca hizo y los ancronismos del placer
Así pasé la hora de Vigo
mirando la mosca que sobrevuela mi pupitre vacío..