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He visitado los abismos cortantes en los que es común vender la propia alma al diablo a cambio de un mísero tema de conversación Queriendo vivir todas las vidas sola me fui quedando, Vagando por las calles mirándolas i deseándolas. Cometí los más horrendos crímenes buscando la anécdota que me embelleciese, Para nada. Para nadie. Para nunca. En todo caso siempre me encontré más a gusto en el día siguiente; Me fui vaciando de a poco de todos mis misterios para llenar hojas i hojas que ni siquiera quemé. Sufrí ante la posibilidad de haber sufrido para nada, Sufrí ante la posibilidad de haber sufrido para algo… A veces sacrifiqué mi tiempo para embellecer mi estilo, fui escapando de cada hora lo mas decorosamente que pude, me llene de objetos inútiles que me recordaban a si mismos, me llene de momentos inútiles que tomaba placer en recordar. Para luego recordar esos momentos que recordaba y así sucesivamente… Por las calles de las calles Ser siempre yo terminó por arruinarme todas las poesías Por enlodarme de bostezos Por hacerme creer que algún día tendría algo para decir Finalmente en ocasiones me aproveche de las licencias poéticas Para cubrir ciertas falencias lingüísticas, o, simplemente, De dura perversa.